Actividad 48: Conocer
y aplicar principios del soporte vital básico (RCP)- AHA.
Dentro de las principales situaciones potenciales de riesgo para sufrir una parada cardiorrespiratoria son: atragantamientos, hemorragias, infarto de miocardio, hipotermia, inconciencia por baja de azúcar, intoxicación por monóxido de carbono o por medicamentos, desafortunadamente este tipo de situaciones se pueden presentar en cualquier lugar.
Soporte vital básico en adultos:
El soporte vital se inicia con:
- Verificar que existe seguridad para el reanimador y para el paciente.
- Reconocimiento de la emergencia.
- Aviso inmediato a emergencias.
Una vez comprobado que existe seguridad (nada que pueda lesionar al reanimador y nada que pueda lesionar al paciente), se inicia la cadena de supervivencia.
Aproximarse al paciente y sacudir suavemente por los hombros mientras preguntamos con voz enérgica: ¿Se encuentra bien?
•
Si responde, averiguamos qué le pasa y solicitamos ayuda si es necesario.
•
Si no responde:
Aviso inmediato gritando “ayuda” a otros testigos Coloque al paciente en posición decúbito supino (con control cervical se sospecha lesión cervical).
Apertura de vía aérea mediante la maniobra frente-mentón si no se sospecha lesión cervical.
En
caso de sospecha de lesión cervical, mediante maniobra de tracción mandibular
con el pulgar, fijando la cabeza en posición neutra.
No
dedique más de 10 sg. a esta comprobación, si tiene dudas, inicie el paso
siguiente.
Si ventila debemos colocarlo en posición lateral de seguridad, comprobando cada
30-60 segundos si sigue respirando.
Comprobamos la ventilación: comprobamos que la vía
aérea no está obstruida por cuerpos extraños y manteniendo la apertura de la
vía aérea acercamos el oído a su boca/nariz y observamos el pecho: debemos oír
y sentir el aire, y ver si hace algún movimiento respiratorio.
A
veces se producen pequeños movimientos o ventilaciones mínimas en el instante
siguiente o previo a la parada. Estos intentos de ventilación no son efectivos
y deben ser ignorados.
Compruebe los signos de vida (movimiento, respiración
normal o tos) y sólo si es personal sanitario o entrenado, compruebe el pulso.
La secuencia 30/2 intentando alcanzar 100 compresiones
por minuto e insuflaciones suaves hasta que:
- Llegue personal más cualificado que asuma el mando.
- La víctima intente ventilaciones espontáneas (reevalúe el pulso).
Soporte vital básico en niños:
En función de los datos recientemente disponibles de
las reanimaciones pediátricas, la frecuencia de ventilación asistida
recomendada se incrementó a 1 ventilación cada 2 a 3 segundos
(20-30 ventilaciones por minuto) para todas las situaciones de reanimación
pediátrica.
Cuando se realiza RCP en lactantes y niños con un
dispositivo avanzado para la vía aérea, puede ser razonable utilizar un rango
de frecuencia respiratoria de 1 ventilación cada 2 a 3 segundos (20 a
30/min), teniendo en cuenta la edad y la afección clínica. Las tasas que
superen estas recomendaciones pueden comprometer la hemodinámica.
Se confirma la secuencia C – A – B para la reanimación
pediátrica: primero compresiones (C), luego manejo de vía aérea (A) y
ventilación (B).
El algoritmo de RCP pediátrico incluye la activación
del código azul o sistema de emergencias lo más precoz posible, teniendo en
cuenta el uso de los teléfonos móviles en alta voz para la activación del
sistema de emergencias en el ámbito extrahospitalario.
Constante énfasis en
RCP de alta calidad: Realizar compresiones a una frecuencia de 100 – 120
compresiones por minuto Realizar compresiones a una Profundidad de 1/3 a 1/2
del tórax (niños), es decir, 4 centímetros en lactantes y 5 centímetros en
niños y 5 a 6 centímetros adultos Permitir re-expansión completa del tórax
entre compresiones Minimizar interrupción entre las compresiones (máximo 10
segundos entre cada ciclo para permitir las ventilaciones, verificar pulso,
evaluar el ritmo, realizar desfibrilación o asegurar vía aérea) Evitar ventilación
excesiva.
Soporte vital básico en neonatales:
En lactantes con pulso, pero con esfuerzo ventilatorio
inadecuado o inexistente, es razonable realizar 1 ventilación cada 2 o 3
segundos (20-30 ventilaciones/min).
La insuflación y la ventilación de los pulmones son la
prioridad en los recién nacidos que necesitan soporte después del nacimiento.
Cuando se realiza RCP en lactantes con un dispositivo
avanzado para la vía aérea, puede ser razonable utilizar un rango de frecuencia
respiratoria de 1 ventilación cada 2 a 3 segundos (20 a 30/min), teniendo en
cuenta la edad y la afección clínica.
Para recién nacidos que reciben reanimación, si no hay
frecuencia cardíaca y se han realizado todos los pasos de reanimación, se debe
analizar con el equipo de atención de salud y con la familia el cese de los
esfuerzos de reanimación. Un tiempo razonable para este cambio en los objetivos
de atención es de aproximadamente 20 minutos después del nacimiento.
Errores más comunes:
Uno
de los errores más comunes es la interrupción de las compresiones torácicas con
mucha frecuencia y/o durante mucho tiempo.
Un número bajo de interrupciones se asocia a un mayor éxito en el
retorno a la circulación espontánea y a una mayor supervivencia.
La
frecuencia y la profundidad de las compresiones son también errores frecuentes
que impactan negativamente la calidad de la reanimación. Es común una
frecuencia alta de las compresiones asociada a una profundidad insuficiente, lo
que disminuye la perfusión a los órganos vitales. Además, está demostrado que
las compresiones demasiado profundas pueden aumentar las lesiones de la
reanimación cardiopulmonar.
La
ventilación excesiva, un error también bastante frecuente durante los esfuerzos
de reanimación, debe ser evitada pues causa distención gástrica, aumento de la
presión intratorácica y disminución del retorno venoso y del gasto cardiaco lo
que reduce las probabilidades de supervivencia. Se recomienda proporcionar de
10 a12 ventilaciones por minuto.
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